El mejor amigo del hombre.

El titulo de esta "peripecia" me ha venido a la cabeza espontaneamente, así q no se si por ser improvisada, tendrá relación con lo q voy a escribir.
Hace ya más de un año q no venia por aquí y aunq nunca dejo de pensar en el regreso no encuentro la fuerza, la razón, o el valor que hay q tener a veces para enfrentarse a uno mismo y escribir aquello q cree, piensa o le gustaria oirse decir alguna vez. Quizás el tiempo entre tanto viaje y tanto cambio no ha brindado tregua a mi blogg, y la llamada de escribir no era tan alta como lo fueron otras cosas...
Desde la última vez han ocurrido importantes acontecimientos en mi vida, quizás algunos decisivos para el resto de mi vida. Hace un año aproximadamente viajé al corazón de Africa para convertirme enlo que era mi sueño, ser cazador profesional y jefe de campamento en una zona casi despoblada y convivir con toda clase de animales salvajes, para ello tuve que luchar contra prejuicios, impaciencia, desesperación abandono y muchos muchos libros. Conseguí al fin acabar mi carrera y aprender algunos idiomas (los cuales me fueron de mucha utilidad) en los años justos para ser lo suficientemente joven para poder experimentar una aventura como lo era esta. Al fin el sueño acabó , como todo acaba antes o después y tras 5 meses volví a España sintiéndome como un hombre que descubre que la vida real no es como te la cuentan. Hay que vivirlo para comprenderlo. Decidí llevar una vida acorde o mejor dicho normal, dentro de mis posibilidades, sin abandonar mi espiritu aventurero. De Africa me traje un gran viaje, un diario sin acabar xq se estropeó el ordenador 2 meses antes de venir y mucha sensatez.
Ahora viviendo en cataluña puedo decir que tengo una vida bastante acorde a los cánones, y mucha más tranquilidad , satisfacción y optimismo del que tenía cuando abadoné el pais para irme rumbo a lo desconocido.Todo tiene sentido ahora y puede ser que mi alma perdida esté ahora navegando de palma en palma en un estanque sereno, hermoso y tan sugerente que no quiera salir jamás. Cómo un cuadro viejo que al colgarlo en una bodega adquiere su propia personalidad entre los objetos y se rejuvenezca volviendo a ser él.